domingo, 19 de abril de 2009

La paloma folladora

Está ahí, escondida. Nunca la hemos visto... pero la oímos. Y tanto que la oímos!
La paloma folladora vive en algún lugar del patio interior del Yellow, es decir, entre la ventana del pasillo, del baño y del rebost de la cocina. Suele hacerse notar más que nada en las horas de luz, pero nunca se sabe cuándo va a poner en conocimiento de los demás su existencia.
Su sonido empieza de manera pausada pero alcanza grandes momentos de éxtasis cuando incrementa la velocidad. Sí, la paloma emite un ruido... como si estuviera follando.
Cúantas de nosotras hemos entrado en el baño y hemos mirado con semblante extraño en todas las direcciones, pensando ''¿de dónde viene ese ruido?", y lo que es más importante "¿Qué coño es ese ruido?". Varias opciones han pasado por la cabeza de las inquilinas del Yellow (y demás visitantes que han tenido la oportunidad de oírla en directo y extrañarse también, porque nadie avisa a los invitados que cuando vayan a usar el excusado éste viene con sonido de fondo incluido).
La paloma folladora mañana, tarde y noche, de lunes a domingo, disfruta. Inimitable, ya se ha convertido en algo entrañable en la primera visita al YelloWc por las mañanas...

lunes, 13 de abril de 2009

Nota importante sobre Sara

La perra del niño-flauta sigue en el 3º2ª, nota feliz para todos aquellos que durante la semana os habéis preocupado por el paradero del pobre animalillo. Sara sigue dándo el coñazo tan alegremente como siempre (para desgracia de algunos).

miércoles, 8 de abril de 2009

Sara, la perra

Hace tiempo que queremos contaros la historia (trágica, a partir del día de hoy) de Sara, la perra del niño-flauta.
Erróneamente en el pasado pensamos que su nombre era Tuki, y la veíamos subir y bajar escaleras de manera lenta y costosa debido a una cojera en la pata trasera (o delantera, qué más da).
El caso es que muchas veces a través de las paredes la oíamos quejarse, o divertirse, es difícil diferenciar los ladridos, y en contadas ocasiones escuchamos cómo para dirigirse a ella utilizaban el nombre de "Sara".
"Sara, eres una marrana" se oía. "Sara, para, sal de aquí te he dicho!" o también "Bájate de ahí, perra puerca" (sí, sí, lo que leeis).
Estas frases han dado en las últimas semanas mucho juego en el Yellow, ya que también contamos con una Sara a la que, para hacer la broma, chillamos como si fuese una perra (suena mal, lo sé). Suponiendo que los habitantes del 3º2ª pensaban que nos burlábamos de ellos, con el desconocimiento que, aunque sí un poco, nosotras tenemos nuestra propia Sara, cada vez hemos visto deteriorarse la relación entre los padres del niño-flauta y su animal de compañía, que, junto a su flauta, son los únicos que le entienden cuando los padres se ponen energúmenos (en contadas ocasiones).
Todo, hasta esta mañana, cuando provenientes del piso contiguo hemos escuchado "Me cago en la p--- perra de los coj----, me ha destrozado la almohada, me la ha estropeado!" -decía el padre, que por la voz suena muy a Bonilla- "Me la ha destrozado y es una almohada cara, ya estoy harto! Cuando vuelva hoy quiero a la perra fuera. O se va ella o me voy yo, ya os las arreglaréis, no me importa, cuando vuelva no puede estar en esta casa".

Triste, ciertamente. Sara nos abandona.
¿Cómo se sentirá Sara? ¿Y el niño-flauta? ¿Qué opináis al respecto? Os dejamos la encuesta semanal para ello...